GANCHO DEL LOBO es un movimiento de jóvenes chilenos, cuya misión y labor es difundir nuestro ideal, nuestra forma de pensar, nuestra visión en torno a esta sociedad y la contingencia internacional; así como también promover los valores patrios e identidad chilena, lo cual no resta nuestros lazos internacionales. A causa de nuestras creencias somos censurados, perseguidos y repudiados por los promotores del odio.

domingo

LEY ANTIDISCRIMINACIÓN


“Para efectos de esta ley se entenderá por discriminación toda distinción, exclusión, restricción o preferencia arbitraria, por acción o por omisión, basada en la raza, color, origen étnico, edad, sexo, género, religión, creencia, opinión política o de otra índole, nacimiento, origen nacional, cultural o socioeconómico, idioma o lengua, estado civil, orientación sexual, enfermedad, discapacidad, estructura genética o cualquiera otra condición social o individual.” Artículo 3° proyecto “Ley Zamudio” o “Ley Antidiscriminación”.

Estimados lectores, el fragmento que acaban de leer corresponde al artículo 3° del mentado proyecto de la ley contra la discriminación, tal y como podrá notarse del tenor literal del mismo artículo, pareciera que absolutamente todas las condiciones posibles por las cuales se diferencian las personas dentro de una sociedad son causal de discriminación; perfectamente podríamos señalar que quienes abrazamos las doctrinas del Nacionalsocialismo nos sentiríamos “discriminados” por nuestras creencias y opiniones políticas, así como quizás muchas otras personas, no necesariamente cercanas a nuestros ideales, podrían sentirse con el párrafo ya expuesto.
Lo cierto es, que dicho proyecto de ley había sido discutido previamente en nuestro congreso nacional, y si bien no tuvo el quórum necesario para convertirse en ley en dicha oportunidad (quizá un ataque de cordura de nuestros senadores y diputados), esta vez el sistema sionista imperante, ha realizado una manipulación asquerosa, inmoral para poder conseguir sus fines; ¿y cuáles son estos? Pues claramente no son proteger a los homosexuales, inmigrantes o minorías religiosas mesiánicas de ataques violentistas, o tratar de dignificar las malas condiciones de vida de algunos de ellos, sino que con esta ley se busca colocar una mordaza en la boca de quienes ejercemos nuestro legítimo derecho a pensar diferente; con esta ley se busca crear grupos de personas privilegiadas, nuevas castas de “intocables” frente al común de la sociedad; con esta ley se busca destruir la sociedad chilena, colocando a las personas trabajadoras, decentes y que no pertenecen a minoría alguna, en un segundo plano, en una masa de personas sin privilegios, sin protección, sin derecho a elevar su voz por tener que estar obligado a aceptar aquello que le es extraño; con esta ley se busca fomentar la homosexualidad, y toda la degradación que con ello trae. Detengámonos en este punto, y aclararemos algo, que al menos a título personal corresponde ilustrar, nosotros no odiamos, ni repudiamos a los homosexuales, históricamente han existido, existen y seguirán existiendo; nuestra molestia es la campaña sistemática para favorecer esa condición sexual, es pretender que todos deseemos estrechar lazos con ellos, pero por sobre todo, lo que nos repugna, es que en este país alguien tenga un estatus legal superior, solamente por su condición sexual, vale decir, que las personas homosexuales tengan un trato preferencial con relación al resto del país heterosexual; fuera de ser injusto, inconstitucional, inmoral, es una clara muestra de que en Chile si bien se garantiza la “igualdad ante la ley”, estamos ad portas que ciertos grupos sean más iguales que otros.
En relación con el párrafo anterior, retrocedamos al origen de toda esta problemática, el ataque con resultados fatales al joven Daniel Zamudio, nosotros repudiamos estos cobardes hechos, no por la condición sexual de la víctima, sino porque lamentablemente son cosas que ocurren a diario en nuestro país, donde delincuentes golpean, asesinan, violan, roban, atacan gente, destrozan las calles, etc y el que 4 delincuentes asesinen a un joven al amparo de la noche, es algo totalmente contrario a nuestros valores y creencias políticas; repudiamos y repudiaremos siempre la delincuencia en todas sus formas, contra homosexuales y contra heterosexuales. Lamentablemente, los medios de información, lacayos del sistema y fuente de las verdades y mentiras oficiales, han transformado un circo de una triste situación, sumado a los notables políticos que ahora se pelean por una fotografía con los dirigentes del Movilh, (recordemos que estamos en año de elecciones) han lanzado una agresiva campaña para que esta ley se apruebe a toda costa, y lo más pronto posible, ya que con la existencia de esta ley, todos tendremos asegurados la paz social, y las minorías no tendrán más miedo. ¿Alguien se ha dignado a explicar a la ciudadanía los alcances de esta ley? Tampoco podemos culpar a la mayoría de la población, ya que ellos solo reciben una historia manipulada, esta vez la versión oficial fue que “4 neonazis asesinaron un joven solo por ser gay”, y con el paso de los días la mentira de que los agresores de Daniel Zamudio eran neonazis o cercanos al nazismo se hizo insostenible; sin embargo el chivo expiatorio ya estaba creado. Los ejemplos más dignos corresponden a los cercanos del joven asesinado, quienes siempre han llamado a la paz y a la mesura, a diferencia de los medios y de los políticos, quienes claman por una cacería de brujas y por legislar a las tontas y locas, ¿o será que existe otro interés detrás de la promulgación y publicación de esta ley?.
¿Qué protección especial poseen los chilenos más desvalidos, que no pertenecen a una minoría étnica o sexual? Pues basta ver las pensiones de hambre que paga el gobierno a los ancianos, basta ver el descontento social a causa del abandono en las regiones, basta ver los miles de jóvenes que no pueden acceder a la educación superior por no tener dinero, basta ver la gente muriéndose en los hospitales públicos o endeudándose de por vida en la salud privada, basta ver la gente que vive en las poblaciones, basta ver las penosas condiciones de vida de quien gana un sueldo mínimo; frente a eso nos preguntamos, ¿Quién es el discriminado?, ¿Qué grupos realmente necesitan leyes con urgencia? Las respuestas son obvias, pero para nuestros gobernantes es más imperioso legislar en base a la condición sexual; quizá poseen un criterio diferente respecto a que es más importante para la nación.
Ahora bien, todos tenemos bastante claro que buscarán prohibir cualquier expresión ligada a nuestro ideal, o a quienes no manifiesten simpatía con las minorías, y que cualquier opinión nuestra será censurada, deformada o utilizada para perseguir a quienes las emitan; quienes imponer leyes de odio que prohíban pensar distinto, y de esta forma, eliminar realmente cualquier atisbo de oposición al sistema. Un mensaje a todos los grupos N.S. del país, y a quienes sientan menoscabos sus derechos constituciones en virtud de las leyes que se avecinan: Esta situación no es una excusa para abandonar la lucha por el bienestar de Chile, estas mismas dificultades e inclusive peores enfrentan a diario los camaradas de Europa, y miren cuanto han progresado, ¿por qué no podemos hacer lo mismo en Chile? A no rendirse, a decir lo que pensamos sin temor, ¡VIVA CHILE!

CAPITULO III
DE LOS DERECHOS Y DEBERES CONSTITUCIONALES

ART 19.-LA CONSTITUCIÓN ASEGURA A TODAS LAS PERSONAS:
2º.- La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupo privilegiados. En Chile no hay esclavos y el que pise su territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la ley.
Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias;
3º.- La igual protección de la ley en el ejercicio de sus derechos.
12º.- La libertad de emitir opinión y la de informar, sin censura previa, en cualquier forma y por cualquier medio, sin perjuicio de responder de los delitos y abusos que se cometan en el ejercicio de estas libertades, en conformidad a la ley, la que deberá ser de quórum calificado.

Señores senadores y diputados, legislen en base al bienestar común, respetando la Constitución y las leyes.

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